San Sebastiano
Joven
pretoriano al servicio de Diocleciano, fue condenado a muerte por el emperador por haber dado testimonio de su fe cristiana. Sirve su martirio golpeado por innumerables flechas, como se lo representa, pero no morirá. Será salvado por una matrona. Una vez curado, declarará su fe a Diocleciano, quien, esta vez, completará el martirio.